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Tras 647 años, Corea del Sur recibe temporalmente un tesoro saqueado durante la era Goryeo por Japón

Esta estatua de bronce dorado del Bodhisattva Avalokitesvara, de apenas 50,5 cm de altura, tiene una historia que parece sacada de una película. Fue creada alrededor de 1330 durante la dinastía Goryeo (918-1392), con la intención de ser consagrada en un templo en Seosan, conocido entonces como Seoju. Pero su destino tomó un giro en 1378, cuando piratas japoneses la saquearon y se la llevaron a Japón.

Por siglos, la estatua permaneció en el Templo Kannon en la isla japonesa de Tsushima, pero en 2012, un grupo de ladrones coreanos decidió «repatriarla» robándola del templo japonés y llevándola de vuelta a Corea del Sur y desde entonces, ha estado en el centro de un intenso debate entre Corea y Japón, ambos reclamando su propiedad.

Un regreso temporal, pero simbólico

Aunque el Tribunal Supremo de Corea dictaminó en 2023 que la estatua pertenece a Japón debido a la expiración del plazo de prescripción, se llegó a un acuerdo para que regresara temporalmente a su lugar original, el Templo Buseok, en Seosan, provincia de Chungcheong del Sur. Este templo, que presentó una demanda en 2016 reclamando la estatua como suya, ahora la recibirá durante 100 días, desde el 27 de enero hasta el 11 de mayo, coincidiendo con el cumpleaños de Buda el 5 de mayo.

Durante este tiempo, los visitantes podrán ver de cerca esta joya histórica, que estará consagrada en el Salón Seolbeopjeon del Templo Buseok. Para garantizar su seguridad, se han instalado cámaras de vigilancia y sensores térmicos en el área.

El regreso temporal de la estatua ha generado sentimientos encontrados. El venerable Wonwoo, el sacerdote principal del Templo Buseok, expresó su frustración al ver que un objeto de tanta importancia cultural para Corea termine regresando a Japón. «Es difícil aceptar que una estatua creada con la devoción del pueblo de Goryeo esté en un lugar que no tiene ninguna conexión histórica con ella», dijo. También destacó la necesidad de que ambos países encuentren una solución para la repatriación de artefactos culturales y que aprendan a valorar el significado que tienen para sus naciones de origen.

Por otro lado, Sesuryo Tanaka, el sacerdote principal del Templo Kannon en Japón, mostró una perspectiva más esperanzadora durante la ceremonia de entrega. «Creo que la compasión del Bodhisattva nos ha guiado hasta este momento», declaró. Agradeció los esfuerzos conjuntos de los gobiernos y organizaciones religiosas de Corea y Japón para hacer posible este momento, esperando que este intercambio sea un paso hacia una cooperación más estrecha entre ambos países.

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