Tragedia en el aula: Un estudiante de primer grado es asesinado por su maestro en Corea del Sur
Un crimen impactante sacudió a Daejeon esta semana, una maestra, aparentemente enojada porque no le permitieron regresar a dar clases, apuñaló y mató a una niña de siete años dentro de una escuela primaria. Según informó la policía el martes, la sospechosa, cuya identidad no ha sido revelada, confesó haber asesinado a la pequeña Kim Ha-neul el lunes. No había ningún vínculo previo entre ambas, lo que hace el caso aún más escalofriante.
El crimen ocurrió en una sala audiovisual del segundo piso del edificio escolar. La policía encontró a Kim inconsciente, con múltiples heridas de arma blanca, y a la maestra en la misma habitación, también sangrando por lesiones que, aparentemente, ella misma se había infligido. A pesar de que la niña fue trasladada de inmediato al hospital, los médicos no pudieron salvarla debido a la gran cantidad de sangre que perdió. Por su parte, la agresora fue llevada a un quirófano para atender sus heridas y, tras ser estabilizada, quedó bajo custodia policial.
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Lo más perturbador de todo es que, según la policía, la maestra no tenía a Kim como objetivo específico. Su intención era atacar al último estudiante que saliera del aula ese día. Lamentablemente, la pequeña tuvo la mala suerte de ser la última en abandonar su clase. La sospechosa atrajo a la niña con la excusa de darle un libro. Una vez dentro de la sala audiovisual, la estranguló y la apuñaló en repetidas ocasiones.
El 9 de diciembre de 2024, la mujer se tomó una licencia médica por depresión. Se suponía que su descanso sería de seis meses, pero apenas 20 días después insistió en regresar, presentando un certificado médico que afirmaba que estaba en condiciones de volver al aula. Sin embargo, tan solo cuatro días antes del crimen, tuvo un episodio de violencia contra una colega que simplemente le preguntó cómo estaba. A pesar de estas señales de alerta, la administración escolar no tomó medidas para evitar que estuviera cerca de los estudiantes.
La familia de Kim comenzó a preocuparse cuando la niña no apareció a las 4:40 p.m. para su clase de arte privada. Diez minutos después, la academia a la que asistía llamó a sus padres para avisarles, lo que desató una búsqueda desesperada.
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El padre de la niña relató un detalle escalofriante, tenía instalada una aplicación en su teléfono que le permitía escuchar en tiempo real lo que ocurría alrededor de su hija. «Desde las 4:50 p.m., dejé de escuchar su voz. Solo escuchaba a una mujer mayor jadeando, como si estuviera sin aliento tras correr. También se oía el sonido de un cajón abriéndose y cerrándose, y algo que sonaba como una bolsa abriéndose», contó a los periodistas.
Fue su abuela quien la encontró. Aproximadamente una hora después de su desaparición, entró a la sala audiovisual y vio a la maestra cubierta de sangre. Llamó a la policía de inmediato, y cuando los agentes registraron el lugar, descubrieron a Kim gravemente herida.
«La policía me dijo que no viera su cuerpo, que era demasiado… Mi hija se convirtió en una estrella en el cielo. No debería volver a ocurrir algo así», expresó con dolor.
