Filtran los datos y rostro del líder de otra red de explotación en Telegram en Corea del Sur
Desde que el escándalo de la «Nth Room» estalló en 2020, Corea del Sur no ha dejado de enfrentarse a casos de explotación sexual en línea, muchos de los cuales se gestan en las sombras de aplicaciones como Telegram. Aunque el gobierno ha intensificado sus esfuerzos para combatir estos crímenes, el problema persiste, demostrando que la batalla está lejos de terminar.
El 8 de febrero de 2025, la Agencia de Policía Metropolitana de Seúl hizo público el nombre y la foto de Kim Nok Wan, un hombre de 33 años arrestado por operar la llamada «Sala del Pastor». Este individuo explotó a 234 víctimas, de las cuales el 68% eran adolescentes. El caso ha sacudido al país, no solo por la cantidad de afectados, sino por la crueldad y el nivel de organización detrás de los crímenes.
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El modus operandi era similar al de la «Nth Room», las víctimas eran obligadas a realizar actos sexuales sádicos bajo la amenaza de que su información personal sería revelada. Una de las víctimas, identificada como «Víctima A», relató cómo fue forzada a enviar fotos y videos íntimos, usar juguetes sexuales y escribir reseñas de contenido pornográfico. Kim incluso estableció un sistema de «graduación», donde las víctimas debían cumplir ciertos requisitos para ser liberadas, aunque muchas nunca lo lograban.
La policía reveló que el grupo estaba compuesto por 14 miembros, incluido Kim, y que el más joven de ellos tenía solo 15 años. La gravedad de los crímenes y el daño causado a las víctimas llevaron a las autoridades a tomar una medida inusual: revelar el nombre y la foto de Kim. Aunque él intentó evitarlo presentando una orden judicial, el Tribunal Administrativo de Seúl denegó su solicitud, permitiendo que su identidad fuera hecha pública.
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Este caso supera en magnitud al de la «Nth Room», donde Cho Ju Bin explotó a 73 víctimas entre 2019 y 2020. Kim Nok Wan enfrenta 19 cargos, incluidos violación y violación de la Ley de Protección Sexual de Niños y Jóvenes. Su arresto ha sido un paso importante, pero también ha dejado en evidencia que la explotación sexual en línea sigue siendo un problema grave en Corea del Sur.
