El presidente de Corea del Sur Yoon Suk Yeol queda en libertad tras 52 días de arresto
Después de pasar 52 días tras las rejas, el presidente Yoon Suk Yeol fue liberado el sábado, luego de que la fiscalía decidiera no apelar la decisión judicial que revocó su detención. Su arresto había generado una fuerte controversia y, ahora, su liberación llega en un momento político clave para Corea del Sur.
Yoon fue detenido el pasado 15 de enero y formalmente acusado el 26 del mismo mes por insurrección, tras haber declarado la ley marcial de manera fugaz el 3 de diciembre de 2024. Su detención se convirtió en un tema candente en el país, especialmente por las dudas sobre la legalidad del proceso judicial en su contra.
El Tribunal del Distrito Central de Seúl determinó que hubo errores en el cálculo del tiempo de detención de Yoon. Según el fallo, la duración de su arresto debía medirse en horas exactas y no en días calendario, lo que hizo que su acusación formal se presentara fuera del plazo legal.
El problema surgió cuando la Oficina de Investigación de la Corrupción para Funcionarios de Alto Rango (CIO) y la fiscalía manejaron de manera separada los tiempos de detención, sin una base legal clara. Según el tribunal, la transferencia del caso de una institución a otra no se hizo correctamente, lo que resultó en una extensión de su arresto sin justificación válida.

Tras salir del Centro de Detención de Seúl en Uiwang, provincia de Gyeonggi, Yoon saludó a sus seguidores antes de dirigirse a su residencia en Hannam-dong. A pesar de estar en libertad, su situación legal sigue siendo complicada, todavía enfrenta cargos por insurrección y está a la espera del veredicto del Tribunal Constitucional sobre su destitución, el cual podría llegar la próxima semana.
La liberación de Yoon no solo es un tema judicial, sino también político. Con el fallo del Tribunal Constitucional a la vuelta de la esquina, su regreso a casa podría influir en el ambiente político del país. Además, la decisión del tribunal de apegarse estrictamente a la interpretación de la ley refuerza la idea de que la justicia debe inclinarse en favor del acusado cuando hay dudas legales.
El futuro de Yoon sigue en el aire. Aunque ya no está tras las rejas, su juicio penal por insurrección sigue en marcha. En su última audiencia, el expresidente negó todas las acusaciones y calificó su detención como injusta.
Mientras tanto, la CIO y la fiscalía han defendido la legalidad del proceso, insistiendo en que su detención cumplió con los procedimientos establecidos. Sin embargo, con la reciente decisión del tribunal, el caso ha tomado un giro inesperado que podría marcar un precedente en el sistema judicial de Corea del Sur.
El panorama sigue siendo incierto, pero lo que es seguro es que este capítulo de la política surcoreana está lejos de cerrarse.